Historia de un fenómeno que me niego a analizar:

Era tarde y me acosté, no fue desición mía, pero eso que me pesaba detrás de mis ojos llevó mi cuerpo a posición horizontal.

Intensión de sueño sin verbo dormir.

De ahora en mas todo lo que pueda relatar no es exactamente lo sucedido. Lo sucedido está negado por mí, mi inconciente le entregó las llaves a Freud. (Si no sabes kien es buscá en google, no me jodas).
Asique voy a anudar palabras hasta que algo se aproxime a lo sucedido:
Camino calles que desconozco y me llevan a donde espero.
Llegar es como desear llegar- digo, y no me creo.
Mi desplazamiento tiene una intensión (quizá sea solo eso).
No hay sorpresa ante esos acontecimientos.
sEscucho voces, las recuerdo... se parecen al olvido.
Busco lo que intuyo como puerta y una vez dentro (algo me dice que al transpasar alguna puerta se entra a algún lugar) me encuentro conmigo misma.
Me uno a esa imagen y formo una nueva...
tranquilizadora...
y un sin fin de etcéteras que... emm.. no recuerdo?
Hasta que el silencio se rompe con mis palabras:

"Solamente antes de dejarme llevar a otras tierras por seres alados con tres brazos y uñas negras, pido con angustia que me escuchen y entiendan que lo que empezó como intensión de sueño se transformó en espacio..."

Me alejo de las posibles preguntas y atraigo el peso de lo dicho.
Me encuentro en imágenes que nadie vé excepto mi doble. Me asusta esa extraña dependencia... aunque... pensandolo bien, otro yo me espera.

DiDi*